¿Por qué de manera recurrente se habla de cambios en el gabinete de la presidenta
Claudia Sheinbaum? Tal parece que desde Palacio Nacional quisieran, en momentos
difíciles o de situaciones embarazosas para la jefa del Ejecutivo, distraer la atención en
otros asuntos como este, el caso es que presuntas ausencias o posibles renuncias le sirven
a esta errada y llamada cuarta transformación, ahora en su segundo piso para correr
cortinas de humo.
No deja de llamar la atención, sin embargo, que ya se “agarraron de bajada” ni más ni
menos a quien al parecer, todavía sigue siendo el director general del IMSS, Zoé Robledo.
Hace unos meses ya se veía a este funcionario con un pie afuera como producto de un
escándalo personal con la flamante dirigente del partido Morena, Luisa María Alcalde.
En esta situación que se ha vuelto cíclica para el aun titular del IMSS, se dio tiempo para
subir a sus redes que permanecía en su puesto señalando: “afinando detalles de nuestra
participación en la gran gira de este fin de semana con la presidenta @Claushein. Ahora
vamos a andar por la Península de Yucatán.
Agregó Robledo que tiene mucho trabajo pendiente –eso ni quien lo dude-, como que el
IMSS crezca en infraestructura; que se disminuyan los tiempos de espera así como
“escuchar a nuestras y nuestros derechohabientes para mejorar la calidad de atención.
Acá seguimos”.
Muy bonitos y loables los propósitos del director del IMSS, pero ya que anda por las redes
todo indica que cierra los ojos ante la dura realidad que vive el Instituto. ¿Acaso no habrá
visto las imágenes de las clínicas del Instituto que a diario se inundan por estar mal
construidas?, ¿no reparará en las diarias imágenes de pacientes que son atendidos en el
suelo porque no hay camas ni colchonetas?, o de los que tienen que pasar su estadía en
alguna clínica del IMSS en sillas porque prácticamente no hay dónde atenderlos.
¿No escuchará el flamante director Zoé las quejas que a diario se dan a ese respecto? Si
asegura que el sí escucha a sus derechohabientes, lo menos que se podría esperar es que
haga eco de las muchas carencias del Instituto; ello, sin olvidar el tema de la falta de
medicamentos e implementos para la atención de pacientes que sin duda, también le
pegan y duro al IMSS.
FERNÁNDEZ NOROÑA NO OYE REGAÑOS DE SHEINBAUM
En otro tema, el flamante presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República,
Gerardo Fernández Noroña, de plano hace caso omiso de las señales y hasta regaños que
le dirige la presidenta Sheinbaum, que le puso el ejemplo de que ella viaja al extranjero en
vuelo comercial, eso sí, escoltada por un avión de la Marina, pero el controvertido
legislador morenista no entiende razones y opta por el turismo legislativo.
Y así, queriendo pasar desapercibido en el Aeropuerto de la Ciudad de México, tomó un
avión en primera clase, cuidando que nadie le fuera a tomar fotos, con rumbo a Roma, a
donde participó en la Segunda Conferencia Parlamentaria sobre Diálogo Interreligioso,
organizada por la Unión Interparlamentaria y el Parlamento italiano.
Lo raro es que Noroña es ateo, sin embargo, gustosísimo aceptó la invitación, solo
que para su infortunio, como le ocurrió cuando estuvo en Austria, ni las butacas
escucharon su pomposo discurso. Muy pocos asistentes se quedaron en el lugar y no
precisamente para oírlo, pero al final, eso no le importó al morenista porque de lo
que se trata es de pasear con cargo al erario, ¿o no?
Igualmente hizo oídos sordos a las críticas de la oposición en la Cámara Alta por sus
arbitrarias decisiones. El senador del PAN, Marko Cortés, acusó a Fernández Noroña
de dejar prácticamente botado al Senado. Asimismo, hizo público que el morenista le
negó su participación al panista en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa,
que se realizará en Estrasburgo, Francia. Marko Cortés aseveró que no se le dio
ninguna explicación oficial de la negativa.
Con eso de que Fernández Noroña es el nuevo rey guinda y a voz en cuello ha gritado
muy ufano que él es quien decide, pues seguirá disfrutando de las “mieles” que le da
su posición, pero, ojo, ya se le va a acabar.
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