Desde el tremendo golpe que asestaron en el cerebro y el corazón del partido Morena con
el asesinato de Ximena Guzmán, secretaria particular de la jefa de Gobierno de la Ciudad
de México, Clara Brugada y de su coordinador de asesores, José Muñoz, lo que queda en
evidencia es el proceso en el que la presidenta Claudia Sheinbaum se viene debilitando
volviéndose vulnerable. Las presiones de adentro y afuera amenazan con explotar de un
momento a otro y terminarán por convertirla ¿en una piñata?
Al comparecer en el Congreso de los Estados Unidos, el poderoso secretario de Estado,
Marco Rubio sentenció con una lapidaria frase: “la violencia política en México es real”, al
comentar el asesinato de los dos funcionarios más cercanos a Brugada Molina y agregó
que “ciertas regiones de México son gobernadas por el narcotráfico”. Y quizás por esa
razón, el funcionario norteamericano anunció que visitará nuestro país, evidentemente,
para recoger el reporte que le tengan sobre el tema, ¿o no?, pero de que viene, no hay
duda, con instrucciones precisas del presidente Donald Trump.
Pues bien, a lo anterior hay que agregar la manera en que la Coordinadora Nacional de
Trabajadores de la Educación, (CNTE), han vuelto a la jefa del Ejecutivo en su rehén. Como
“botón” de muestra está que ayer, contingentes de estos llamados maestros que han
dejado a buena parte de la niñez sin clases, rodearon Palacio Nacional y no permitieron la
entrada de nadie a la gustadísima “mañanera del pueblo”.
Hubo hasta golpes con reporteros y youtubers afines a esta errada y llamada cuarta
transformación, ahora en su segundo piso para tratar de ingresar a Palacio Nacional, por
lo que la jefa del Ejecutivo se vio en la necesidad de realizar su gustadísima mañanera de
forma virtual y se limitó a señalar que su gobierno le apuesta al diálogo y no a la
represión, y con eso de que supuestamente ya no hay granaderos por decreto, pues…
Había la promesa de que sería mañana cuando Sheinbaum Pardo recibiría personalmente
a los de la CNTE, por cierto, antiguos aliados de su antecesor y maestro Andrés Manuel
López Obrador y que ahora parecieran tener la consigna de meter en serios problemas a
la presidenta porque soberbios al igual que el presidente de la Mesa Directiva del Senado
de la República, Gerardo Fernández Noroña, quieren que los reciba “a la brevedad” y para
eso, solo quedaría el día de hoy, y en eso de que Sheinbaum Pardo le apuesta al diálogo y
a no caer en la provocación, la CNTE se ha adueñado de la Ciudad de México, donde hacen
lo que quieren y amenazan con traer a más contingentes de entidades como Zacatecas
para sumar a la presión.
Qué bueno que no se le ocurrió a la jefa del Ejecutivo decir que hay que esperar y hay que
tener calma, esas frases se están volviendo huecas.
Por si lo anterior no fuera suficiente, los problemas internos en el partido Morena, para
variar, siguen a la orden del día. Fraticida se ha vuelto el pleito, más bien guerra, entre el
ala dura y radical del partido guinda y los moderados, lo que ha derivado en que desde los
tiempos de campaña, Claudia Sheinbaum no haya podido, digamos, acomodar a quien sin
lugar a dudas es su candidato al 2030, Omar García Harfuch.
Nunca cayó de la gracia ni siquiera de López Obrador, quien se dedicó a “pelusearlo”, por
más intentos que hizo la actual presidenta por meterlo a Morena. Como se recordará, el
tabasqueño lo vetó y nunca aceptó tomarse una foto con el hoy secretario de Seguridad
Pública y Protección Ciudadana.
MUNICIONES
*** Sin necesidad, pero muy duras las pasa el presidente de la Junta de Coordinación
Política, (JUCOPO) de la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal, tratando de justificar lo
que se ve que no tiene justificación alguna: el viaje del presidente de la Mesa Directiva en
San Lázaro, Sergio Gutiérrez Luna, quien organizó el viaje de legisladores a Washington
que finalmente fueron a pasearse porque eso de evitar el impuesto del 5 por ciento a las
remesas, nomás no hay forma, y optó por irse de viaje a China. Gutiérrez Luna tendrá que
rendir cuentas a su regreso y se dice en los corrillos del Legislativo que debería verse en el
espejo de Fernández Noroña.