Que la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Avila Olmedo, asevera que saldrá
de este escándalo que detonó en que el gobierno de Estados Unidos le retirara la visa a
ella y a su esposo, Carlos Torres, más fuerte y más digna. ¿Será?
En una conferencia de prensa, o más bien, en una presentación en la que no aceptó, por
obvias razones, preguntas porque no podía dar respuestas, la Ejecutiva estatal atribuyó
esto a una campaña producto de la violencia de género y no podía faltar, desde luego que
de pasadita, señalara a los medios y a las redes sociales “que se esconden en el anonimato
detrás de una cámara o un micrófono”, como culpable de esto que la trae con dolor de
cabeza.
Lo cierto y lo que no podría negar la mismísima señora Avila de Torres, es que de los 16
gobernadores que ha tenido Baja California esta es la primera vez que a un Ejecutivo
estatal le revocan la visa y el momento en que esto sucedió no puede tampoco soslayarse
pues los conflictos que vive el gobierno de México con el de su vecino del norte, sin duda
no es el mejor y tiene nombre y apellido este capítulo de muchos más que vendrán:
gusano barrenador.
Así las cosas, en la gustadísima “mañanera del pueblo”, la presidenta Claudia Sheinbaum
le dio su apoyo a Marina del Pilar, casi, casi igual a como en su momento, también le
“metió el hombro” a su muy cercano exgobernador de Veracruz, Cuitláhuac García,
cuando éste fue señalado ni más ni menos que por la actual mandataria estatal, Rocío
Nahle.
Sin embargo, lo único que pudo comprobar Sheinbaum Pardo es que los gobernadores de
Morena de plano no le colaboran para que ella los pueda defender y ello, sin duda, le
causa un cierto grado de molestia.
Fue la primera la presidenta en pedir al gobierno de Donald Trump que se revelaran los
motivos por los cuales se les retiró la visa al feliz matrimonio, especialmente a la
gobernadora Avila Olmedo, pero se quedó con un palmo de narices, o como se dice más
coloquialmente, el gobierno de Estados Unidos “la mandó por las cocas” al enterarla de
que se trata de información confidencial, o sea, el desaire fue por partida doble porque
en su momento, el gobierno de Estados Unidos no le notificó a su homólogo mexicano
sobre la acción que iba a emprender en contra de la gobernadora morenista .
La oposición también demandó explicaciones sobre este inédito hecho. El PAN, -partido
en el que militó Carlos Torres-, pidió que a la mandataria estatal se le retire de las Mesas
de Seguridad y su presidencia en la Conferencia Nacional de Gobernadores, (CONAGO), se
tambalea.
Flacos, hasta el momento, han sido los recursos de los que ha echado mano la
gobernadora en un intento muy desafortunado por limpiar su imagen y acabó por generar
justo lo contrario, es decir, una ola de especulaciones y suspicacias que apuntan, por
ejemplo, a saber qué hicieron Marina del Pilar y su esposo, -si es que hicieron algo-, que
molestaron y mucho al presidente Donald Trump, o si se trata de un modo de presionar
para que el gobierno de México siga extraditando capos a Estados Unidos o porque
Sheinbaum no aceptó la incursión de soldados de EU en territorio nacional para el
combate al narcotráfico..
“El amor al pueblo no se mide por visas”, dijo en su lacrimógeno discurso la gobernadora
bajacaliforniana y agregó que no le busquen porque no le van a encontrar nada. Otra vez,
¿será?
Salió con todo su gabinete así como para dar muestras de respaldo la mandataria estatal,
pero tan luego como circuló la noticia del retiro de su visa, llamó poderosamente la
atención que los gobernadores del partido guinda no salieran luego, luego con su
desplegado a respaldarla y ninguno de sus compañeros se atrevió a defenderla.
Por su parte, el presidente de la Junta de Coordinación Política, (JUCOPO) de la Cámara de
Diputados Ricardo Monreal, se pronunció también en este asunto y manifestó toda su
solidad a la gobernadora de Baja California por estos actos que el zacatecano consideró
absolutamente unilaterales “que afectan no solo su prestigio sino que afectan a una
entidad”
“Hacer leña del árbol caído nos parece muy ruin” y también atribuyó todo esto “a una
campaña negra” de la que Avila Olmedo saldrá airosa.
En una conferencia de prensa atropellada y que quiso ser chistosa, el presidente de la
Mesa Directiva del Senado de la República, Gerardo Fernández Noroña, que estaba más
preocupado por quejarse amargamente de que los medios lo cuestionan por su viaje a
Europa en “bussines class”, pues dijo igualmente que se trataba de una campaña en su
contra, pero no le dio mayor importancia al tema, como que no le interesó.
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