Estamos de regreso y la Semana Santa la aprovecharon muy bien ni más ni menos que las
candidatas a tener un asiento en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, (SCJN) y desde
luego, sin importarles que violaron la ley y que incluso, están señaladas por varias
cuestionadas acciones, Yazmín Esquivel, Loretta Ortiz y Lenia Batres, sin mayor empacho,
siguieron haciendo abierta campaña, pero ni aun así logran despegar y la víspera de estos
comicios que son más que nada, un capricho de un expresidente que vive oculto y de
forma paralela, MORENA ha terminado por meterse en un galimatías del que no halla
como salir.
Y son varias las razones y los retorcidos caminos que ha tomado la ruta de dichos
controvertidos comicios. De entrada, se calcula que será un mínimo porcentaje el de la
ciudadanía que participará, más por consigna que por otra cosa; de hecho, en los casos
más, digamos alentadores u optimistas, se calcula que votaría un 15 por ciento con lo que
bien puede inferirse que el abstencionismo será el absoluto ganador.
Precisamente es en esta parte donde se manifiesta el primer gran obstáculo: ¿cómo dar
fuerza y certeza a estas pírricas elecciones?, ¿cómo otorgarles legitimidad? Aquí de lo que
se trata es de complacer al expresidente.
Así, parecen ser cosa muerta los denodados esfuerzos que lleva a cabo la flamante
secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, que pareciera tener frente a sí el gran
dilema de su carrera política pues aun durante la Semana mayor, se comentó en los
corrillos políticos que la responsable de la política interna estaba en su “prueba de fuego”
y de ahí su permanencia o no en la secretaría de Gobernación.
De hecho, desde el pasado 15 de abril, se decía que había arrancado el proceso para
medir quién se queda y quien se val del gabinete de esta errada y llamada cuarta
transformación en su segundo piso, que encabeza Claudia Shienbaum y desde luego eso
no será por tómbola.
Es más, se dice que los primeros relevos se darán precisamente en la Segob y en toda su
estructura, de ahí que la titular, se presente cada vez que puede en la gustadísima
“Mañanera del Pueblo” para convocar a la participación ciudadana en las absurdas
elecciones judiciales del ya próximo primero de junio y hasta tapete le pusieron a Rosa
Icela Rodríguez con el reciente fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación, (TEPJF) para que el gobierno, empezando por la presidenta Sheinbaum,
pudiera meter la mano hasta el codo en dichos comicios.
Aparte se comenta también en los corrillos políticos que podría revivirse el caso del
director del IMSS, Zoé Robledo, pero eso ya se verá con el tiempo.
Retomando el tema inicial, las campañas de las mujeres afines a la errada y llamada cuarta
transformación ahora en su segundo piso que aspiran a un asiento en la SCJN, por
ejemplo, la flamante Lenia Batres va de dislate en dislate y en el más reciente, se difundió
que el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, (IMPI) le negó el registro de “la
ministra del pueblo” a su favor, o sea, que pudiera hacer suya la referida marca porque
efectivamente y como señala dicho Instituto, podría “inducir al error”.
No es la primera vez que la hermana del director del ISSSTE, se lleva un “palmo de
narices”. El pasado mes de febrero, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder
Judicial de la Federación (TEPJF), negó a Batres el uso del sobrenombre “ministra del
pueblo” en la boleta de la elección judicial.
Como se recordará, por unanimidad de votos y a propuesta de la magistrada presidenta
del TEPJF, la Sala Superior de dicho tribunal resolvió que la negativa no viola ninguna
norma, procedimiento y mucho menos derechos de la ministra que por cierto, no dejó de
hacer aspavientos ante tal resolución.
El coraje que hizo la ministra Batres fue mayúsculo y como “salación” producto de su
ineptitud, los eventos que ha encabezado en estados como Jalisco, han ido de mal en
peor, así que lo que se viene en estos comicios es, sin duda, es la imagen del fracaso total.
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