El papa Francisco invitó el Sábado Santo a llevar la esperanza de la Pascua a todos y ha afirmado que el testimonio cristiano “no consiste en conservar la luz para sí, sino en compartirla” especialmente con quienes caminan en la oscuridad de la soledad, del dolor o del cansancio.
“Queremos serlo para quienes carecen de fe en el Señor, para quienes se han extraviado, para los que se han rendido o caminan encorvados por el peso de la vida; para quienes están solos o encerrados en su propio dolor; para todos los pobres y oprimidos de la tierra; para las mujeres humilladas y asesinadas; para los niños que nunca nacieron y para aquellos que son maltratados; para las víctimas de la guerra”, expresó el Papa en la homilía escrita para la Vigilia Pascual y leída por el cardenal Giovanni Battista Re.
Pasa y saluda
Pese a no presidir la liturgia de ayer en el Vaticano, el Papa, quien continúa su convalecencia en su residencia de Santa Marta, se acercó personalmente a la Basílica de San Pedro hacia las 17:30 horas para orar en privado y saludar a peregrinos.
En la celebración del Sábado Santo participaron 34 cardenales, 24 obispos y 260 sacerdotes en la Basílica de San Pedro con la presencia de 5 mil fieles, incluidos los que siguieron la liturgia desde la plaza de San Pedro.