San Cristóbal de las Casas se prepara para celebrar una década de música, arte y sabor con el Jazz & Rhythms Festival, uno de los encuentros culturales más vibrantes del sur de México. En su edición de aniversario, el festival no solo llenará de sonidos globales las calles y espacios de la ciudad, sino que también abrirá un espacio donde la música y la gastronomía local se entrelazan en una experiencia única. Así es como nace la colaboración OFF STAGE entre el chef Jorge Gordillo y la banda A Love Electric, quienes compartirán escenario y mesa el próximo 14 de marzo en el bar Indómito.
Desde hace diez años, el Jazz & Rhythms Festival ha sido mucho más que un encuentro musical. Lo que comenzó como un festival boutique, enfocado en géneros como jazz, funk y ritmos del mundo, se ha transformado en un movimiento cultural que apuesta por la sostenibilidad, el arte local y la reforestación comunitaria. Cada edición ha sembrado mil árboles en el Parque Natural Encuentro, reforzando el compromiso del festival con el medio ambiente. Pero más allá de la música y las causas sociales, el festival ha entendido que la cultura se vive desde todos los sentidos, y por eso integra el arte visual, la gastronomía y la reflexión en un mismo espacio.
Para esta edición especial, el festival quiso llevar esa filosofía aún más lejos al crear un momento OFF STAGE que saca la música del escenario principal y la lleva a la intimidad de un menú de cuatro tiempos. El chef Jorge Gordillo, conocido por su enfoque en la cocina chiapaneca contemporánea, diseñó una experiencia gastronómica que dialoga con la improvisación sonora de A Love Electric, una banda que desafía etiquetas y que encuentra su identidad entre el surf rock, el jazz libre y el espíritu punk. Juntos, chef y músicos, crearán una noche donde cada platillo y cada acorde invitan a descubrir la esencia de San Cristóbal, su caos vibrante, su riqueza cultural y su alma rebelde.
El Jazz & Rhythms Festival no es un evento cualquiera. En San Cristóbal, esta celebración ha marcado una década de encuentros entre públicos locales, turistas curiosos, artistas de todos los rincones y proyectos emergentes que han encontrado aquí una plataforma de proyección. Su misión es clara: construir un festival sin desperdicios, donde no haya plástico de un solo uso, donde cada boleto vendido aporte al fondo de conservación ambiental y donde cada banda, chef y expositor comparta un mensaje real que resuene más allá del festival. Aquí no hay tendencias de moda, hay propuestas honestas, artistas que cuentan historias a través de su arte y un público que ha crecido y madurado con el festival mismo.