Los legisladores de la oposición se unieron en un solo bloque para pedir explicaciones ni
más ni menos que a la presidenta Claudia Sheinbaum, ya que el más reciente torpedo que
lanzó el presidente Donald Trump, esto es, el impuesto del 25 por ciento a las
importaciones de aluminio y acero, que se supone entrará en vigor el 12 de marzo,
indudablemente provocará incertidumbre en inversiones. Y así es, un panorama nada
favorable en el que ya cansan las frases de la jefa del Ejecutivo cada vez que ve las
amenazas del inquilino de la Casa Blanca, y lo que falta.
La tónica que Sheinbaum Pardo ha seguido durante sus gustadísimas “mañaneras del
pueblo” es decir una y otra vez: “cabeza fría, no pasa nada”, pero ahora, al parecer, ya
está sintiendo la presidenta “el agua en los aparejos”
México, junto con China y Brasil, es uno de los exportadores de aranceles hacia Estados
Unidos más importantes con 3.8 millones de toneladas de acero al año. No hay que
soslayar que en 2017 durante su primer mandato, Trump echó mano de esta medida
para imponer aranceles. Entonces, México y Canadá no “se durmieron en sus laureles” y
tomaron medidas con las que lograron exentar las cuotas impuestas por el inquilino de
la Casa Blanca.
México apeló a un artículo del Tratado de Libre Comercio e hizo una lista en
coordinación con Canadá, de represalias para revertir la medida impuesta y en la que
ahora reincide Trump y de la que algunos analistas apuestan a que pudiera ser temporal
porque definitivamente afecta a los consumidores de Estados Unidos. Habrá que ver,
aunque el flamante secretario de Economía, Marcelo Ebrard, -que ahora “parte un
piñón” con Sheinbaum-, asegura que el vecino país del norte se está dando un “balazo
en el pie”.
Hoy, en este 2025, son en realidad muy pocas las probabilidades de que México y
Canadá pudieran trabajar de manera coordinara para enfrentar a Trump. Cuestión de
recordar que el aún ministro Justin Truddeau no está en la mejor posición y aceptó
clasificar a los cárteles mexicanos como terroristas.
Hay que recordar además, por otra parte, que el acero no es un producto de consumo
final; se utiliza para manufactura de línea blanca, automóviles, en la construcción y en el
secotr médico y hospitalario, entre otros y ahí están China y Corea que pueden
conseguir acero más barato.
Retomando el tema inicial, el coordinador de la bancada del PRI en la Cámara de
Diputados, Rubén Moreira, explicó que los aranceles son producto de las indefiniciones
en el acuerdo sostenido entre el gobierno de México y su homólogo estadounidense.
Efectivamente, la liga se estira peligrosamente mientras que la presidenta de México
sigue con aquello de que “no pasa nada”; debería recordar que esta será su prueba de
fuego, ¿saldrá bien librada?
El diputado Moreira Valdéz señaló además que los discursos emitidos, tras el diálogo
entre Trump y Sheinbaum de plano no coinciden y, hasta ahora, y eso es un hecho, no se
conocen las condiciones en las que se llevó a cabo el pacto entre ambos gobiernos.
Lo único que Morena y rémoras han festejado es el plazo que se supone que logró la
presidenta, pero, y es obligado preguntar una vez más; y después, ¿qué?
El coordinador priíta en San Lázaro reiteró: "Nos gustaría que el gobierno nos dijera qué
pactó y en qué condiciones, porque si nos vamos al primer informe que hizo Claudia
Sheinbaum, es muy distinto al de Trudeau, al de Trump y al de la vocera de prensa de la
Casa Blanca, es totalmente distinto.
Un punto muy interesante en el que el diputado Rubén Moreira reparó es en los
reiterados llamados a la unidad que desde Palacio se han hecho en esta difícil coyuntura
y sin embargo, la soberbia de Morena, rémoras y la propia Sheinbaum prevalece, al
tiempo que el gobierno de nuestro país está aceptando todos los golpes que Trump
receta casi a diario, y eso que dice que la presidenta de México le cayó bien. ¿Qué tal
que no?
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