Después de siete años de ausencia de los escenarios mexicanos, la gira The Saviors trajo ayer de vuelta a Green Day, que enloqueció a más de 74 mil asistentes que abarrotaron la Curva Cuatro del Autódromo Hermanos Rodríguez en el primer día de la edición 14 del Corona Capital.
No podrían ser más melodramáticos, porque simplemente son Green Day y, para esperar que todos llegaran corriendo de Toto, por qué no Bohemian Rhapsody resonaba en las bocinas, sólo para contrastarla con Blitzkrieg Bop de Ramones y ahora sí, con botarga de conejo con camisa negra y corbata roja, era momento del viaje al pasado, a las patinetas, al delineador y al reventón descontrolado.
“Hola, México”, grito Billie Joe Armstrong para arrancarse sin piedad con The American Dream Is Killing Me a la cual le siguió una lluvia de emoción, rock y pirotecnia con Basket Case, en la que la gente no dudo en saltar y cantar.
Longview llegó como una descripción de esa etapa rebelde de todos en la que ya no eres un chavito, pero aún no eres un adulto funcional, por lo que por muchos fue aplaudida y muy disfrutada, sólo para que Welcome to Paradise hiciera su entrada triunfal con cuatro bengalas rojas que subieron al cielo y bajaron.
She transcurrió sin problema, pero Joel noto que una chica entre la gente necesitaba ayuda por lo que pidió a seguridad que le ayudaran, para subirla al escenario y darle un abrazo. “Estamos aqui para divertirnos, pero todos tenemos que estar seguros”, dijo Joel robándole el corazón a todo el público y calmando la situación con When I Come Around. La banda continuó bombardeando a sus fans con sus éxitos hasta la una de la madrugada de hoy.
Un Clásico
Y un clásico que nadie debía perderse llegó. “Hola, Ciudad de México”, lanzó Joseph Williams, vocalista de Toto, para dar la bienvenida a su público, uno que se diferenciaba del resto de los asistentes al festival. Papás y mamás acompañados por sus hijos adultos, que a su vez llevaron —casi a manera de trueque para ir al festival— a sus hijos, y algunos que fueron atraídos por lo que se dice de la banda.
Sin mayor preámbulo, el grupo desató todo el poderoso rock que los caracteriza y comenzó la velada con las guitarras de Girl Goodbye y Hold The Line que arrancó la ovación de la gente.
Y cómo no hacerlo, Toto tiene 48 años de existencia y su música ha acompañado a varias generaciones, por eso saber que volverían a México como parte de su gira The Dogz Of Oz hizo que el Escenario Vans se atiborrara de gente que sostuvo una sonrisa de oreja a oreja.
“¿Qué pasa, Ciudad de México? Es una locura estar aquí”, dijo Steve Lukather, el guitarrista, quien no sólo aporreó las cuerdas de su instrumento, sino que dio su característica voz a 99. Williams confesó que la canción que tocarían trata sobre una chica que le rompió el corazón, fue así como llegó Pamela.
Si la música de los californianos es un gusto en sus discos, en vivo es una delicia. Rolas como I’ll Be Over You, Jake To The Bone y Georgy Porgy tomaron un sentido diferente.
Y si bien a los mexicanos nos encanta apapachar a quienes nos visitan, Toto lo agradece, pero también sabe que tienen que aprovechar el tiempo, por lo que tras sonreír con las ovaciones lanzó Stop Loving You Home Of The Brave y With a Little Help From My Friends, antes de que la locura llegara con Rossana y Africa.
La noche comenzó a calentarse cuando Cage The Elephant se apoderó del Escenario Corona, donde su presentación comenzó con Broken Boy, Cry Baby y Spiderhead.
“Hola, México, los amo. Tengo mi pie lastimado, pero voy a permanecer de pie aquí y estaba aterrado de lo que podría pasar, pero no podía no estar aquí”, lanzó Matt, quien se notaba pisaba con cuidadito.
Sin duda fue uno de los actos más esperados en el que los fans volcaron su energía, emoción y muchos gritos, a los originarios de Kentucky cuando dieron vida a Too Late To Say Goodbye, Good Time y Cold Cold Cold, las cuales completaron un set de 70 minutos.
Hubo para todos
Brigitte Calls Me Baby tuvo la tarea de abrir el festival. Para ser una banda nueva, su convocatoria fue bastante decente. Un poco ayudó el clima y otro poco, canciones tan chidas como There Always y Pink Palace.
A lo lejos del escenario Vans se escuchaban comentarios de “parecen los Smiths”. Y sí, el vocalista enamorado de Brigitte Bardot (por eso el nombre de la banda) lleva esa comparación últimamente. Por ser viernes, la afluencia fue algo discreta, pero en absoluto se sentía algún ambiente sad, todo lo contrario.
The Beaches tuvo un horario que quizá no le rindió honor al poder que emanan con Blame Brett y Jocelyn, por mencionar un par. Sin embargo, hubo toda la actitud para cotorrear con ellas. De lo más cercano a un poco de punk que se tuvo en la jornada de ayer.
Dallas Green llegó a la CDMX sin Alexisonfire. Lo hizo con City And Colour, un proyecto folk que desde hace dos décadas difiere completamente con el hardcore y metalcore de su banda original. Lo chido es que le tocó en el escenario principal donde todo el público de la escena estaba reunido y si no lo conocían, lo hicieron al escucharlo con Northern Wind y Sleeping Sickness.
La tarde, como buen viernes fue avanzando lentamente. La Curva Cuatro fue recibiendo a los asistentes de esta edición poco a poco, pero no por eso no hubo cosas que llamaban la atención.
Por ejemplo, uno chico que caminaba entre el escenario Vans y el escenario Corona no dudó en soportar los 24 grados centígrados que registraba la temperatura con un abrigo hasta el tobillo, con todo y gorro a juego, muy al estilo ruso. Y si bien a las cinco de la tarde eso podría considerarse una autotortura, tan sólo tres horas después se convirtió en uno de los hombres más envidiados de la velada… el frío y el aire le hicieron, literalmente, lo que el viento a Juárez.
Ah, pero no sólo los rusos se aventuraron en la edición 14 del Corona Capital, por ahí andaba Wally, sí, ese personaje que tienes que encontrar en un diferentes escenarios… bueno, Excélsior lo encontró apresurando el paso para llegar a ver a Blonde Redhead.
Y sin duda la onda hipster se hizo presente con la banda estadunidense en punto de las 5:10. El Escenario Corona, el lugar; la melancolía, la constante, y es que Kazu Makino, Amedeo y Simone Pace no pierden oportunidad para demostrar su autenticidad sonora y visual.
Con un set de 40 minutos, la banda hizo todo lo que estuvo a su alcance para hipnotizar al público que poco a poco se fue reuniendo el escenario donde despidieron al sol y le dieron la bienvenida a la noche.
Una de las constantes fue la onda emo punk buena ondita que los fanáticos de Green Day trajeron al primer día del festival. Mucho delineador, guantes sin dedos, camisa negra y corbata roja, cinturones de estoperoles, medias de encaje y guantes de red, pantalones de cuadritos rojos con negro, tenis de skater con cuadritos negro con blanco y calcetas a juego fueron de los detalles de los atuendos que más se vieron, todo para honrar a la banda estelar de la jornada que, sin duda, marcó una generación completa.
The Vaccines regresó, por fin, con un disco que no le gustó a tantas fans a raíz de la salida de Freddie, sin embargo, nadie protestó por escuchar Post Break-up Sex y If You Wanna.
Hola, Corona Capital, somos The Vaccines. Esperamos mucho para volver a uno de nuestros lugares favoritos. La primera vez que venimos a México fue en un Corona Capital y fue el público más ruidoso que habíamos conocido y nos enamoramos de ustedes”, dijo Justin.
Antes de que Clairo saliera, las cámaras entretuvieron a la gente con filtros en las caras y hasta ventilaron a chicos llorando por cosas que nadie entendió. Empezó el tren del Tinder y de jugar videojuegos desde el cel para que todos vieran. Hasta que ella salió.
Como siempre, mujer de pocas palabras. Sólo dedicada a cantar y escuchar sus monitores de diadema. “¿Qué más podría pedir? Tenemos luna llena”, dijo Clairo.
Clairo fue algo emotivo, pero raro para sus fans, porque la mayoría de sus rolas fueron adaptadas al jazz alternativo de su disco Charm. La parte electrónica y rockera se perdió y, por momentos, sólo apareció con Bags. Sin embargo, el resto fue bastante “de elevador”.
Y con esto no queremos decir que estuvo chafa, simplemente Clairo encontró su sonido y adaptó toda su obra… excepto Sofía. Algunos fans dicen que ya detesta sus inicios, por eso, pese a que se pidió, no llegó. En cambio, sí hubo Flaming Hot Cheetos, una rola que llevó a varias de sus fans a vestirse como una bolsa de Cheetos.
Ella no usó monitores convencionales, sino audífonos Sennheiser para cumplir la tarea mencionada y otra más importante, mantenerla aislada por cualquier tipo de ataque de ansiedad que le pueda llegar. “Vamos, es hora de bailar”, dijo. Quería unir a los seguidores a su onda y lo logró hasta rolas como Sexy to Someone. Cerró con Juna.
Después, The Mars Volta empezó en el Escenario Vans. L’Via L’Viaquez nos regresó a tiempos de 2005, cuando el disco Frances The Mute fue una de las grandes revelaciones del año por sus rolas kilométricas fusionando post-hardcore, progresivo y caribeño.
Cedric sigue cantando con su acento tejano incomprensible. Después de escuchar Que Dios te maldiga mi corazón se comprobó que sus raíces y las de Omar Rodríguez están mucho más presentes que en el pasado. Hasta que The Widow llegó para cerrar.