“Cuánto tiempo hemos perdido sin habernos comprendido…” Los Rogers (1962)
“Pero nunca los había visto tan descarados, tan deshonestos, enseñando el cobre”.
Parece descripción que hace el licenciado presidente de quienes, incluido él, gobiernan y van a gobernar en México, a partir de septiembre y octubre próximos, de acuerdo con las acusaciones que se cruzaron candidatos y candidatas durante la campaña electoral 2023-2024.
Veamos, señoras y señores.
Por ejemplo, y a usted le consta, todos los días lo hemos escuchado mentir sin rubor y negar que lo hace, proceder con deshonestidad respecto de sus promesas, como lo acusaron los padres y madres de los estudiantes de Ayotzinapa, a quienes garantizó que su gobierno les haría justicia y les falló y mintió.
Y, bueno, enseñó el cobre a lo largo de su mandato. Dicen que hizo buenas tareas y no lo dudo, pero son menores frente a las suntuarias en las que la corrupción ha cabalgado en lomos de la impunidad.
¿Él no se benefició?
Asegura que no; se califica honesto y rubrica enhiesta su máxima de tres principios: no mentir, no robar, no traicionar.
¡Ajajá!
Cuestión de semántica. Pero ¿quién lo confirma y respalda? ¿Su billete de 200 pesos?, ¿su “detente”? ¿Acaso sus trajes de cashmere y corbatas de seda? ¿Será Nico?
Bien, concedamos que se puede ir a La Chingada sin despeinarse y con la seguridad de vivir como hacendado tabasqueño con lo que pepenó del cash que le aportaron sus socios, compañeros de partido, amigos y benevolentes oligarcas durante las tres décadas que tardó en llegar a la Presidencia.
Lo cierto es que ha sido descarado cómplice de personajes como Ignacio Ovalle Fernández y de sus hijos, dos de ellos que ayer publicaron una carta en la que se llaman falsamente acusados de traficar con el poder presidencial.
Ha perseguido a sus enemigos con la oscura Unidad de Inteligencia Financiera, hoy en manos del honesto y demócrata, enemigo del nepotismo, Pablo Gómez y Álvarez.
Sí, se le concede esa voluntad de cobrar facturas y rencores con los dueños del dinero en México, los beneficiarios, únicos beneficiarios de la ausencia de castigo a la evasión y omisión fiscal de millonarios montos. Pero…
¿Quién se benefició de los inflados costos en las obras producto de su soberana voluntad como el Tren Maya, la refinería Olmeca (a) Dos Bocas y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, obra que suplió a la cancelada del AICM en las desecadas aguas del Vaso de Texcoco, ¿que implicó pérdida superior a los 300 mil millones de pesos?
Presume la obra del Tren Transístmico, pero esa vía de comunicación ferroviaria entre Salina Cruz, Oaxaca, y Coatzacoalcos, Veracruz, le dio mantenimiento y dotó de trenes de segunda mano comprados al gobierno británico, porque se tendió en el porfiriato, en el siglo XIX. Tiene su lado positivo y se reconoce.
Pero ¿quiénes han hinchado sus carteras merced a la galopante corrupción que solapó en su gestión?
Pretendió ser justiciero con Rosario Robles Berlanga, quien lo arropó cuando jefa de Gobierno del entonces Distrito Federal y la persiguió; es ensañó con ella.
Rosario acabó en prisión acusada de haber encabezado la “estafa maestra”, mientras Emilio Zebadúa, principal cerebro de esa enorme transa no fue tocado ni con la hoja de un citatorio judicial.
Zebadúa fue oficial mayor de la Sedesol y la Sedatu en la gestión de Rosario Robles en ambas dependencias. ¿Estamos?
¡Recórcholis, Irma Eréndira!
Y mire usted que, cuando Su Alteza Serenísima presume a su gobierno como pulcro y curado de espantos, cierra los ojos frente a los actos de corrupción que han sido denunciados y documentados, incluso, desde el inicio de su administración en Segalmex con la compra de leche que no existió y semillas mejoradas que llegaron podridas a los productores agropecuarios.
Además, hay un asunto que no es de su competencia y evidencia control que tiene del Instituto Nacional Electoral, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y el Congreso de la Unión.
¿A poco no?
Junto con la señorita Luisa María Alcalde Luján, que cobra como secretaria de Gobernación, ha decidido abogar por la sobrerrepresentación de su Morena, el PT y el PVEM en el Congreso de la Unión.
¡Chínguese la oposición!
Es el dueño del poder y, como le escribió a Donald Trump, aún es presidente. Por ello, dijo en la mañanera, invitó a la maestra Luisa María Alcalde porque, adujo bravucón, “parece que como que no está claro o no quieren acatar lo que establece la Constitución y hay como una especie de rebelión del grupo conservador y sus voceros y achichincles, que hablan de una sobrerrepresentación”.
Sostiene que, “el movimiento de transformación va a contar con mayoría calificada que va a permitir reformar la Constitución y ellos no quieren que se tenga esa mayoría calificada para reformar la Constitución”.
E insiste en el factor preponderante: la reforma al Poder Judicial. Entonces, con esa claridad de quien es dueño del poder y puede descalificar e insultar públicamente, acusó a sus opositores:
“Pero nunca los había visto tan descarados, tan deshonestos, enseñando el cobre. Siempre me han parecido gente, con todo respeto, de pocos principios o sin ideales, oportunistas, corruptos, inmorales, pero se cuidaban, y ahora están completamente descarados, están queriendo que se viole la Constitución (…)”.
¡Caray! Invade funciones competencia del INE, el TEPJF, de senadores y diputados. ¿Y quién lo detiene?
“(…) Pero –Andrés Manuel aduce– tenemos que seguir y por eso le pedimos a la secretaria de Gobernación que vuelva otra vez a leerles el artículo, como dicen los abogados, para ver si lo van internalizando. Porque es su hipocresía, ¿no?, siempre hablan de Estado de derecho, cuando en realidad lo que les importa es el Estado de chueco, no el Estado de derecho”.
Su Alteza Serenísima traiciona su palabra, miente; usurpa funciones impunemente. Lea usted lo que dijo el miércoles 8 de agosto de 2018, en la sesión solemne del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, luego de recibir la constancia de mayoría que lo acreditó Presidente Electo de los Estados Unidos Mexicanos. A saber:
“Ofrezco a ustedes, señoras y señores magistrados, así como al resto del Poder Judicial, a los legisladores y a todos los integrantes de las entidades autónomas del Estado, que no habré de entrometerme de manera alguna en las resoluciones que únicamente a ustedes competen”.
¿Qué le parece? Ese día, de agosto, prometió lo que todos los días ha incumplido.
“El Ejecutivo no será más el poder de los poderes, ni buscará someter a los otros. Cada quien actuará en el ámbito de su competencia y la suma de los trabajos respetuosos e independientes fortalecerá a la República, y el Estado democrático de derecho transitará del ideal a la realidad”.
Y sí, transitamos a la realidad del falaz oligarca de Palacio. Que ya se vaya a su rancho. ¿Qué opinas, Drakko? Digo.
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