El presidente Joe Biden viajará a Hawái la próxima semana para reunirse con sobrevivientes y rescatistas que aún buscan víctimas de los incendios que arrasaron el archipiélago y dejan 106 muertos, de acuerdo con el último saldo actualizado.
El incendio, que destruyó la histórica ciudad de Lahaina, en Maui, es el más mortífero en Estados Unidos en más de un siglo, y el gobernador de Hawái, Josh Green, dijo reiteradamente que la cantidad de muertos podría hasta duplicarse. Las autoridades del condado de Maui informaron el martes por la noche de 106 víctimas mortales; entre ellos dos mexicanos, según la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Hasta la fecha, sólo un cuarto de la zona siniestrada en Lahaina, en el litoral oeste de la isla de Maui, ha sido rastreada por perros entrenados en tareas de búsqueda de cuerpos, según Green. Unos contenedores refrigerados fueron instalados en la isla a modo de morgue provisional, además de personal del ministerio de Salud, para agilizar el complicado proceso de identificación de las víctimas, constató un periodista de la AFP.
Biden y su esposa Jill se reunirán el lunes en Maui «con los primeros socorristas, supervivientes y funcionarios federales, estatales y locales», informó la Casa Blanca en un comunicado.
«Sigo comprometido en dar todo lo que la gente de Hawái necesita mientras se recuperan de este desastre», dijo el presidente en X.
El proceso para identificar a las víctimas avanza lentamente. Las autoridades recogieron muestras de ADN de 41 personas con familiares desaparecidos en la tragedia. Sólo cinco de los fallecidos han sido identificados. Funcionarios del condado de Maui difundieron dos de sus nombres después de haber notificado su muerte a los allegados.
Cientos de personas siguen dadas por desaparecidas, aunque este número se va reduciendo a medida que las comunicaciones se restablecen en la isla. En Lahaina, que tenía 12 mil habitantes antes de la tragedia, más de 2 mil edificios quedaron destruidos y muchas viviendas arrasadas. El presidente Biden firmó la declaración de catástrofe natural para poder financiar los equipos de emergencia y la reconstrucción.
La gestión de la crisis ha sido duramente criticada y muchos habitantes han dicho sentirse abandonados por las autoridades.
«Lo que ocurrió, en mi opinión, roza la negligencia (…) Sólo estoy aquí porque me salvé yo misma», aseguró Annelise Cochran, una mujer de 30 años que sobrevivió a las llamas porque se lanzó al mar.
Cuando se vio rodeada por las llamas en el malecón de Lahaina, esta nadadora experimentada no lo pensó dos veces y, como otras personas, vio que lanzarse al mar era su única alternativa. Pasó entre cinco y ocho horas en el agua, aferrada al muro de rocas que bordea el fin del malecón, antes de que pudieran rescatarla.