Comer de manera saludable se ha vuelto todo un desafío. No solo es por la cantidad abrumadora de opciones en el supermercado, aunque un pasillo entero de pan en rebanadas no ayuda. El verdadero problema es el exceso de información que acompaña estas opciones. La mayoría de los envases hacen afirmaciones sobre beneficios impresionantes para la salud, pero muchas veces la etiqueta de información nutricional en la parte trasera cuenta una historia muy diferente.
Los influencers en redes sociales promocionan un nuevo «truco» dietético cada semana, lo que solo añade más confusión. Y los medios de comunicación no se quedan atrás, reportando sobre algún «superalimento» que deberíamos añadir a nuestra dieta.
El problema es que los consejos sobre nutrición vienen de todos lados y, para empeorar las cosas, la información a menudo es contradictoria.
«Las empresas de alimentos rara vez se preocupan por nuestro bienestar», menciona el especialista Mag Ayyad, nutriólogo especializado en manejo del peso en el Hospital Houston Methodist. «Esto genera mensajes de marketing que nos hacen creer que ciertos alimentos son imprescindibles, mientras que otros deben evitarse por completo», explica.
Orgánico, sin colesterol, la dieta de moda del momento: es fácil caer en la trampa de pensar que algo es saludable (o no lo es) cuando en realidad no es tan simple.
Para ayudarnos a aclarar esta confusión, el experto desmiente cinco de los mitos sobre nutrición más comunes que ha encontrado en su práctica.
Mito #1: El azúcar es malo para ti
El azúcar tiene mala fama, pero no toda la crítica está justificada.
Comencemos con los azúcares naturales, presentes en frutas, lácteos, entre otros. Es cierto que puedes consumir demasiada cantidad de cualquier cosa, incluidas las frutas y la leche. Sin embargo, los alimentos que contienen azúcares naturales también ofrecen ventajas como fibra, proteínas, vitaminas, minerales y antioxidantes. Estos nutrientes son beneficiosos para nuestro cuerpo, y obtener una buena cantidad de ellos no es algo negativo, especialmente en el mundo de alimentos ultraprocesados en el que vivimos.
¿Y qué hay del azúcar que solemos pensar cuando escuchamos esa palabra, como el azúcar granulado, azúcar morena, la miel o los tres shots de jarabe de vainilla en el café? Esa historia es más complicada. Pero el nutriólogo aclara que consumir azúcar añadida no es automáticamente perjudicial.
«Si eres una persona sana — sin diabetes ni problemas para controlar el peso — y quieres endulzar algo o comerte una barra de chocolate, está bien», afirma.
Sin embargo, hay consecuencias si consumes todo lo que quieras sin límites, siendo el aumento de peso la más obvia.
La recomendación oficial es limitar el consumo de azúcar añadida a:
• 24 gramos por día si eres mujer
• 36 gramos por día si eres hombre
“El consumo excesivo de azúcar provoca mayor inflamación en el cuerpo”, detalla el especialista. “Un cuerpo sano puede recuperarse naturalmente de ello, siempre y cuando no se consuma azúcar en grandes cantidades constantemente”.